[Nota de Opinión] María Rox @duna_rox
El banquillo de los acusados.
¿Sera Cruz el artífice completo si la desgracia del descenso nos alcanza?, ¿es un genio incomprendido, un alquimista que ha visto sus mejores cocciones echarse a perder a minutos de cuajar? Como muchas cosas en esta vida, la inocencia del actual técnico camotero parece convertirse en un blanco o negro. Un “o estás con Cruz o en contra de él” Y no lo veo tanto así.
En mi particular visión el mandamás camotero ha cometido errores puntuales que nos tienen quemados en la hoguera del descenso, pero también ha sumado puntos. Si, contra los peores del torneo y también porque le tocaron en fila, pero algo hizo bien que le alcanzó con sus ideas hiper-defensivas para ganar. A mi opinión el juego que desarrolla el Puebla es como un mecanismo oxidado que lucha incesantemente para moverse, pero nada más no puede. Es decir con Pumas podía uno vislumbrar esa idea de dominio del medio campo. Allí hay una idea, pero los jugadores simplemente no tienen suficiente entendimiento de cómo llevarla a cabo. Lo que sea a lo que quiere jugar Cruz no está adaptado al equipo todavía.
Y aunque pueda merecer arder en la hoguera inquisidora el técnico, porque también ha neceado de lo lindo con algunos jugadores. No hay que olvidar que Cruz es nuevo en esta barcaza que hace agua llamada Puebla FC. Y que cuando el anterior técnico fue sustituido a nada de empezar este torneo muchos analistas sentenciaban al equipo, pues un movimiento así era casi suicidio. Ahora lo podemos decir con evidencias, porque tristemente aún no se juega a nada, la presión aumenta a cada partido y nos acercamos al cierre maratónico.
Pero no hay que cegarnos, el descenso del Puebla empezó en cuanto no pudo llegar a los odiosos 20 puntos, y sumo de 13, de 17… desde que las liguillas abandonaron al club. Es decir, poco a poco pero firmemente nos invitamos a la fiesta del mismísimo averno. Una copia al carbón es el Morelia que lleva un año jugando a nada y de colero, en vez de las eficientes contrataciones de otros años, llegaron al equipo jugadores que están en otro nivel. Y hablando de jugadores.
¿Echamos a la hirviente caldera del volcán Popocatépetl a los jugadores? Soy partidaria de que Pajoy encabece ese sacrificio humano, sin embargo tampoco su sacrificio no calmaría a los dioses del descenso. Que el colombiano haya caído en un bache, que más bien ya parece barranco, en su nivel de juego, es un reflejo de que no hay sentido de urgencia en la casa de los camoteros. De que no se dimensiona que el equipo está a nada de irse. O peor, si se entiende, pero aún no está haciendo lo suficiente. Pero imaginen que la conclusión fuera que no les alcanza.
Eso sería ya dar por muerto a nuestro equipo, pero no es el caso. Después de ver el desempeño de jugadores como Erpen, Noriega o el mismo Cota, del que yo personalmente dudaba pero se encargó de callarme la boca con sus increíbles actuaciones, digo más no puede hacer si su defensa deja que le rematen a bocajarro, hay capacidad y nivel. Pero el fútbol es un deporte colectivo, y si bien individualidades te pueden ganar partidos, se necesita un equipo para ganar torneos o en este caso salvarse de la quema.
Y allí se encaja el eterno tema de la identidad de la institución. Esa romántica frase y elevada idea de que los jugadores se partan el alma por una playera enfranjada. Pero caemos a que muchos ideales elevados se ven ejecutados por simples mortales, que a la hora de la hora, prevén el costo beneficio de jugar a una intensidad continua y simplemente pasan de la propuesta, porque al final del día su promotor podrá colocarlos sin problemas en otro club.
En el lado racional de las cosas no es como si un probable descenso del Puebla fuera algo completamente fuera del guion. Como alguien lo dijo, “si siembras maíz, cosecharás maíz” en el caso del Puebla, se han hecho muchas cosas que nunca apoyaron a la causa camotera. Y que si resultan en un descenso tampoco debería sorprender a muchos.
Pero no me apedreen aun, no quiero que se vaya el Puebla. Porque sería un golpe tremendo, es decir, representaría pérdidas económicas, otra cuchillada a la historia del club y pues así menos regresarían las fanaticadas, que en lo personal, que se vayan bola de villamelones. Pero no, un descenso no sería nada saludable.
Sin embargo, si el Puebla providencialmente se salva, así como alumno que alcanza la aprobatoria de milagro. Se deberían replantear muchas cosas, la primera y más importante, ¿cómo no caer en la misma situación? No hay recetas mágicas pero hay casos de éxitos, un equipo que sea rentable y exitoso puede existir, siempre y cuando todos los involucrados quieran cooperar. Y sobre todo, ¿a quién sentaremos en el banquillo de los acusados si se consuma el descenso? Con lo visto, debería ser la banca de los acusados.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de quien la escribe y no busca generar conflictos entre los involucrados, si no generar conciencia en cada lector.
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