Redacción María Rox @duna_rox
¿Fin del camino?, ¿Inicio de algo nuevo?
Los Lobos fueron cazados. Resulta raro, pero así fue, unos dóciles herbívoros, se llevaron entre las astas a unos lobos que no opusieron resistencia.
Al conjunto yucateco le bastó con diez minutos en el primer tiempo, para terminar con las aspiraciones de liguilla de Lobos, clavándole tres goles. En el segundo tiempo anotarían uno más los locales y el de la honra para los Lobos.
Ahora la jauría regresa a la cueva a lamerse las heridas y también, a replantearse muchas cosas. Ha sido un triste torneo para los universitarios, quienes no acceden a la fase definitoria, pero además, sufrieron de más en el lapso del mismo.
Los refuerzos no funcionaron, eso aunado a la actitud de algunos jugadores, hicieron que al final el equipo, nunca terminará por cuajar. Valiño peleó hallando a su once inicial, y aun con los mejores en la cancha, Lobos no daba la impresión de fortaleza. Siempre tuvo partes endebles que sus rivales supieron aprovechar.
Además de las obvias preguntas sobre la continuidad del técnico y de los elementos del plantel.
Sería bueno considerar cuestiones más profundas, viendo la triste historia de los dos últimos ascendidos, Leones y Dorados, preguntarse, ¿tienen los Lobos los argumentos para ser de primera?
El estadio universitario demostró, durante la estadía del Puebla FC, que es un inmueble de primera. Por supuesto como todo, tuvo detalles, algunas cuestiones con el estacionamiento y el manejo de una masa ingente de gente.
En fuerzas básicas, se nota el enorme esfuerzo de la universidad por reclutar y formar jóvenes, sus equipos en varias categorías lo demuestran. Y en la coherencia de Valiño, de alinear jovencitos, también prueba que podrá haber oportunidades con el nuevo talento.
La jauría tiene la oportunidad de revalorar y reconstruir su proyecto durante el próximo año futbolístico. Un patronato eficiente, cuyo enfoque sea traer jugadores al plantel que aporten y quieran ascender.
Lobos es una institución joven, un niño en el mundo futbolístico. Pero que representa a la máxima casa de estudios en Puebla, institución, que al igual, ha experimentado un meteórico renacimiento en los últimos años.
La BUAP hoy en día camina a la vanguardia y Lobos debe caminar al mismo ritmo. Reforzar su imagen y colores, si han elegido el rojo con blanco, mantenerlo. Quedarse con el escudo, que pinta al Lobo en negro y en posición agresiva. La única manera de crear una identidad es mantenerla.
Por supuesto que este ha sido un torneo terrible, un fracaso a las valiosas aspiraciones, pero se debe tomar como lección, no como el fin, sino como el inicio.
Ningún equipo que se precie de serlo, surgió de la noche a la mañana. Los campeonatos hacen los seguidores más fáciles, las crisis, los que están dispuestos a quedarse después todo.
Así como el ave fénix del escudo universitario, la jauría deberá renacer el próximo torneo.
LA OPINIÓN EXPRESADA EN ESTA COLUMNA ES RESPONSABILIDAD DE QUIEN LA ESCRIBE Y NO BUSCA GENERAR CONFLICTOS ENTRE LOS INVOLUCRADOS, SI NO GENERAR CONCIENCIA EN CADA LECTOR.
Fotografía Cortesía Jefatura de Prensa Club Lobos BUAP
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