[Nota de Opinión] María Rox @duna_rox
Cierre maratónico
En una de aquellas emblemáticas escenas del séptimo arte. La muerte, en su representación más extendida, con guadaña y amplia toga negra, juega un partido de ajedrez con el protagonista. Las piezas sobre el tablero están acomodadas de tal manera que un error de alguno de los dos puede condenarlos al fracaso. Es turno del protagonista y debe tomar una crucial decisión, el reloj de arena que marca el tiempo sobre el que debe hacerlo, incesantemente traslada arena de un lado al otro. El brillo del filo de la guaña parece estar cada vez más cerca.
Así esta nuestro equipo. Cruz, ha movido sus piezas en el tablero. Lo ha condenado su visión defensiva de los partidos, jugar al descenso cuidando resultados, inventando que los peones sean alfiles y los caballos, torres. Protegiendo al máximo una ventaja cuando debía salir a liquidar. Pero lo demás, de más está, ¿será que cuando fue engrandecido por sus tres victorias consecutivas, sea llevado al cadalso en la tercera derrota seguida?
Nuestro rival es el equipo del guaraní Cardozo, unos diablos que le han hecho la maldad al conjunto camotero desde hace algún tiempo. Donde los resultados han quedado en empates muy luchados o en sendas derrotas. Incluso los fríos números estadísticos están en nuestra contra.
¿Y desde el bastión del equipo camotero? Nada. Así ya. Silencio. ¿Lo deberíamos interpretar como una resignación adelantada? Esta vez ni siquiera hubo un intento real por llevar a las personas al estadio universitario. Entre más o menos términos de la ciencia económica, lo cierto es que es un precio muy elevado para lo que ha sido el espectáculo del futbol en los últimos juegos. Los enfranjados de siempre, irán. Pero el panorama empieza a verse cada vez más negro.
Será que el alto mando camotero ansía que el equipo alcance su segunda final de copa para dar nueva bienvenida a los fanáticos del club de Guadalajara. ¿Será de ese tamaño su descaro?, ¿cuáles serán las expectativas?, ¿los proyectos?, ¿habrán terminado por mandar al demonio este proyecto de negocios que careció y carece de ideas?
Después de una semana de descanso, ojala se haya partido la inercia y se pueda ver con calma y claridad lo que necesita hacer este equipo. Ni siquiera para salvarse del descenso, sino para sus aficionados. Habrá que recordar, que a pesar del éxito o la carencia del mismo, los clubes de fútbol se deben a su gente. Cosa que parece estar muy divorciada en la capital angelopolitana.
Supongo que si el Puebla alcanza a salvarse, se caminará de la misma deficiente manera que se ha hecho. Por más que digan que hay tiempo, un verdadero proyecto de fútbol no se hornea en tres meses. Citare a mi compañero en Morteros, Fénix Azul, “no hay profesionalismo”
Así que me quedo con el Puebla. Con sus colores. Con los buenos recuerdos y los jugadores que han desempeñado su labor con profesionalismo y ganas. Al final cuando el silbato suena, son once contra once, un balón y un rectángulo verde.
En el maratón, aquellos últimos cien metros. Los competidores vienen de haber hecho el recorrido de casi 42 kilómetros, sin embargo entran al estadio, rodeados de los vítores de la multitud. Y muchas veces aquella emoción del último tramo le regresa alguna energía a las piernas y se dan cierres emocionantes.
En los últimos seis juegos, ¿podrá regresarles algo de alma al cuerpo y que los once elegidos por Cruz, nos den un cierre digno de postal?
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de quien la escribe y no busca generar conflictos entre los involucrados, si no generar conciencia en cada lector.
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