Puebla Expres

[Nota de Opinión] María Rox @duna_rox

Plena frustración.

Hoy escribo desde una situación zen. Tratando de ver blancos, negros y grises. Poniendo en una perspectiva razonable lo que presencie el día de ayer. Desde diciembre del año pasado estaba bastante claro que el Puebla enfrentaría este torneo, uno más, jugando al descenso. Como hace años el equipo debía aspirar en primera instancia a sumar para salvarse. Esta vez éramos el primero en fila para descender. Pero mucho de la salvación podía depender del equipo de la UDG.

Justo antes de empezar el torneo se hicieron movimientos muy arriesgados. Cambiar al técnico y tener los refuerzos del draft al cinco para la hora. En fin lo que he mencionado arriba se conoce, se sabe y es la razón de lo que presenciamos ayer. Con un proyecto tan al vapor era difícil pensar en la salvación, pero no era imposible. En el estado del fútbol mexicano, con haber sido puntual en algunos juegos y listo, la bendita salvación estaba a la mano.

Frente a Atlas se ha alcanzado un nuevo nivel de mal fútbol, uno ácido, frustrante. Es tan malo y falto de corazón, que a mí en lo personal, me dieron ganas de dejar de ver la transmisión desde el minuto 60. Y eso podría ser lo que dicen Villlomelonismo, que solo quiero ver triunfos del Puebla, pero no, en realidad quiero ver un equipo que se muera de algo, un equipo que juegue fútbol. Si eso es pedir demasiado, ok, seré villamelón.

Los primeros 42 minutos del Puebla fueron aceptables, pero no generó peligro, porque una cosa es tener la pelota y otro muy diferente saber qué hacer con ella. Tampoco acribillemos a Orozco, pocas veces esos tiros van y se pegan al poste para irse al fondo. Lamentablemente fue lapidario. Para el segundo tiempo, se salió revolucionado, pero como había sido la tendencia, demasiado ímpetu no compensa carencia de idea.

Y entonces Cruz cerró esta comedia trágica con un acto de alquimia pura, al ponerse a inventar cambios que nadie entendió. Romero, ¿salió por lesión?, para darle entrada a Hércules. Se fue Blanco y Alustiza por Noriega y Rey. Y así esa máxima de jugar con lo mejor que tienes, porque es necesario, porque es la exigencia, una vez más se le resbaló al mandamás camotero. Finalmente fue una nueva repetición del modelo Cruz del fracaso, “amontonamiento de ofensiva, a ver si así cae el gol”

Porque mientras hay un Alustiza y un Blanco que se muerden las uñas en la banca, hay un Robles que falla una y otra vez. No importó que el estadio ajeno de Ciudad Universitaria se llenara de afición, una vez más no hubo nada que ver. La expulsión de Acosta resume una situación alarmante, hay frustración en el equipo. Ponerse la playera del Puebla FC no es sinónimo de alegría, es una carga, es ácida. Lo más trágico del partido fueron los últimos diez minutos a partir del minuto 85, el Atlas metió el acelerador y a nada estuvimos de irnos con un marcador más abultado.

Por eso aunque a Cruz no se le debería atribuir todo el desastre del descenso, su culpa es aún peor, porque él aceptó libremente el reto de dirigir un equipo al borde del descenso, prometió mucho y no ha cumplido nada. Pasará a las estadísticas como el responsable de hacer al Puebla jugar la misma basura y cada vez ser más disuelto, cada vez más etéreo y vano. Por dignidad se debió hacer un lado cuando el reto lo supero, sin embargo, lo hemos visto 14 jornadas neceando. Un hombre que se ha enraizado a su idea y que no tiene ni la humildad, ni la inteligencia para admitir que está haciendo mal las cosas.

En lo personal, desde su elección, pensé que Cruz era del montón y no apto para afrontar la presión del descenso. El tiempo con sus ominosos números, me ha dado la razón.
En fin, como lo dijo Cruz, palabras más o menos, “ojala nos haga el favor Pachuca”. Sinceramente, ¿de verdad queremos que este Puebla se salve? Por algunas razones sí, pero, por el amor al buen fútbol ojala, que sí se consuma el descenso, toda la malaria que rodea a este club se vaya.

La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de quien la escribe y no busca generar conflictos entre los involucrados, si no generar conciencia en cada lector.

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