En esta pequeña localidad que parece salida de un cuento es posible visitar los talleres donde se fabrican los principales objetos que adornan el árbol de Navidad.
Considerado como el productor número uno de esferas navideñas a escala mundial, el municipio de Chignahuapan, en Puebla, con cerca de 400 talleres que trabajan todos los días, produciendo un aproximado de 70 millones de esos adornos al año, se viste de colores para recibir a los visitantes ansiosos de llevarse un recuerdo esférico.
Los expertos decoradores elaboran esferas desde el 1 de enero, hasta el 15 de diciembre, pero la venta grande inicia regularmente los primeros días de noviembre, durante la Feria Nacional de la Esfera, que este año cumplió su XVI aniversario, donde los artesanos exponen una infinidad de modelos de esos adornos.
Así, a partir de noviembre y hasta finalizar el año, el pueblo se llena de esferas de todos tamaños, colores y figuras, y se ofrecen diversos recorridos turísticos guiados a los talleres artesanales, donde es posible conocer esta importante actividad que inició con la llegada del señor Rafael Méndez Núñez al destino, en 1968, quien compartió su técnica con los habitantes y los motivó a que instalaran sus propios talleres.
Los procesos de elaboración son 100 por ciento artesanales. Primero se inicia con el soplado de vidrio durante el cual, se le da forma en diferentes tamaños y figuras. Después se pasa al metalizado o plateado, un paso previo al pintado o matizado, para posteriormente decorar la pieza, cortarla, encasquillarla y, finalmente, empacarla.
Manantiales termales
Al visitar Chignahuapan no sólo encontraremos en cada tienda y local comercial toda una vendimia de esferas de calidad y artículos navideños; muy cerca también hay lagunas, cascadas y manantiales de aguas termales que invitan a escapar de la rutina de las grandes urbes.
El nombre de este poblado proviene del náhuatl chiconahui, que significa “nueve”, atl “agua” y pan “en”, por lo que Chignahuapan se interpreta como “en las nueve aguas”.
A cinco minutos del centro de este poblado se localiza la laguna de Chignahuapan, donde se dice que se encuentran los nueve ojos de agua que le dan nombre al municipio, mismos que más adelante forman las cascadas de Quetzalapan y Tulimán que se conjuntan después con otros ríos hasta desembocar en el de Tecolutla, en Veracruz.
En el área de embarcadero se pueden rentar lanchas, contratar recorridos en trajinares y pescar charales, carpas y truchas arcoíris en las orillas de la laguna.
Para finalizar el paseo no hay que perderse los antojitos mexicanos de doña Chuy, un establecimiento muy conocido por la población local.
Si bien la última temporada del año se torna fría para que se antoje un chapuzón en las aguas de la laguna, esta localidad ofrece otras opciones, como los balnearios que se encuentran en medio del bosque y cuyo principal distintivo, desde hace más de 70 años, son sus aguas termales. Se localiza a diez minutos del centro de Chignahuapan.
Estas aguas nacen a una temperatura promedio de 48 grados centígrados y por sus propiedades han sido consideradas como curativas.
Las bondades que del suelo brotaban fueron descubiertas en 1930, cuando se conformó la cooperativa de luz de Chignahuapan, aprovechando las corrientes y caídas de agua para que, junto con las turbinas instaladas en este lugar, se comenzara a generar energía eléctrica para el pueblo.
Actualmente esta cooperativa funciona como un centro ideal para disfrutar de la naturaleza y ofrece diversas actividades ecoturísticas, como rappel y tirolesas. Tiene un puente colgante, zonas para acampar, cuenta con una cafetería, área de asadores, sanitarios, tienda de souvenirs, miradores de donde se aprecian cascadas con más de 200 metros, como la del “Salto de Quetzalapan”, nombrada así en homenaje al dios Quetzalcóatl.
Honguitos petrificados
Además, es posible recorrer, en tranvía, la tierra donde nació el famoso comediante mexicano Capulina. En la Plaza de Armas hay una placa y estatua de este personaje, que fueron develadas el 6 de enero de 2009, quedando estipulada esa fecha para celebrarlo oficialmente.
Cerca de este sitio, en la basílica menor de la Inmaculada Concepción se encuentra la virgen más grande de toda Latinoamérica, con una altura de 14 metros de alto tallada totalmente en madera de cedro, que se conmemora cada 8 de diciembre con celebraciones religiosas y culturales, resaltando la decoración de la iglesia.
El Santuario del Honguito, en el barrio de Ix-tlahuaca, es otro punto de visita obligada. En su interior se conserva una imagen de Nuestro Señor del Honguito, un hongo petrificado descubierto de forma milagrosa en 1880 por un leñero carbonero.
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